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Ya está aquí el alzacola rojizo: símbolo de Alzanatura y protagonista de la jornada

Introducción

El pasado martes 10 de junio, en el marco del proyecto Alzanatura, se llevó a cabo una visita al Lagar de la Salud, situado en Montilla (Córdoba). Este encuentro reunió a agricultores junto a especialistas en ornitología, creando un espacio de diálogo entre el campo y el conocimiento científico. En este entorno, el viñedo no es solo una actividad agrícola: es también un paisaje que refleja la interacción respetuosa entre sostenibilidad y naturaleza.

La experiencia fue tan enriquecedora como emotiva. Poder caminar entre las viñas, guiados por voces expertas, y tener la suerte de escuchar e incluso ver al alzacola rojizo en su hábitat natural, fue un momento profundamente especial para quienes participaron. No solo por la belleza del ave, sino por lo que representa: un símbolo de equilibrio entre la actividad agrícola y la biodiversidad, y una muestra viva de que aún es posible cultivar respetando y conviviendo con la naturaleza.

El alzacola rojizo: clave en la biodiversidad agrícola

Con la llegada del calor y las largas horas de luz entre los meses de mayo y julio, un visitante muy especial regresa a los paisajes cordobeses: el alzacola rojizo (Cercotrichas galactotes). Esta ave migratoria, de tonos terrosos y con una distintiva cola larga que agita constantemente, se convierte en protagonista de los campos del sur peninsular durante la época reproductiva.

Procedente del África subsahariana, donde pasa el invierno, el alzacola emprende cada primavera una larga migración hacia la cuenca mediterránea, estableciendo sus zonas de cría principalmente en el suroeste de la Península Ibérica. En particular, encuentra en la Campiña cordobesa un hábitat idóneo: un mosaico de viñedos, olivares y cultivos de secano donde abundan los insectos y se conserva, en muchos casos, una estructura agrícola tradicional que favorece la biodiversidad.

Esta especie prefiere ambientes abiertos y cálidos, con vegetación baja y matorral disperso, donde puede construir su nido cerca del suelo y alimentar a sus polluelos con facilidad. Su comportamiento durante estos meses es especialmente activo: emite su canto aflautado y repetitivo, patrulla su territorio y defiende con firmeza las áreas donde cría. Elige con frecuencia viñas y olivares con manejo extensivo o ecológico, donde la intervención humana no interrumpe los equilibrios naturales del ecosistema.

Cómo observar aves sin molestarlas: pautas para una convivencia respetuosa

Observar aves en su entorno natural es una experiencia enriquecedora, pero también implica una gran responsabilidad. Para proteger su bienestar y garantizar su preservación, es fundamental aplicar buenas prácticas durante la observación. Aquí te dejamos algunas pautas esenciales:

1. Utiliza prismáticos: Observa a distancia sin invadir su espacio. No es necesario acercarse demasiado para disfrutar del momento.


2. Evita perseguir o acosar a las aves: No intentes acercarte corriendo o seguirlas; este tipo de conducta puede generarles estrés o hacerlas abandonar su territorio.


3. Mantén el silencio: Habla en voz baja y evita gritar o hacer ruidos fuertes. El entorno natural debe conservar su tranquilidad.


4. No uses flashes ni luces artificiales: Si haces fotografías, que sea con luz natural. Las luces intensas pueden desorientar o asustar a las aves.


5. Permanece en los senderos marcados: Especialmente en primavera y verano, muchas aves anidan en el suelo o en matorrales bajos. Evitar salirte del camino reduce el riesgo de alterar sus nidos.

 6. No alimentes a las aves: Aunque parezca inofensivo, darles comida puede alterar su dieta natural y perjudicar su salud.

Artículo escrito por Héctor Santiago Arévalo Osorio, en el marco del proyecto Alzanatura.

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