En la comarca de Montilla-Moriles late un compromiso profundo con la tierra que nos nutre. El Lagar de Santa Magdalena, adherido al programa impulsado por la Fundación Somos Naturaleza Alzanatura, encarna esa apuesta decidida por una vitivinicultura ecológica, natural y regenerativa, arraigada en el paisaje, la biodiversidad y la tradición. Este elegante lagar erigido desde 1906 cuenta con una finca gestionada por Chea Madrid y su marido Antonio Alarcón.



Acciones clave realizadas durante el último año
- Certificación en ecológico de toda la finca y de la bodega. Esto significa que cada racimo y cada botella cumplen los estándares oficiales de agricultura y vinificación ecológica, garantizando a las personas consumidoras que se trata de vinos respetuosos con el medio ambiente y elaborados sin pesticidas sintéticos ni herbicidas o fertilizantes químicos.
- Manejo regenerativo del viñedo: como por ejemplo uso de coberturas vegetales vivas para proteger el suelo de la erosión, mejorar su estructura y aumentar la materia orgánica.
- Instalación de biodiversidad funcional, como setos y árboles de especies autóctonas, así como la instalación de cajas-nido para aves y murciélagos. Además, instala y mantiene puntos de agua durante los meses más secos para preservar la fauna auxiliar y las aves.
Y estas acciones se suman a las que ya venían realizando
- Recuperación de prácticas tradicionales como la recolección de agua de lluvia en tinajas antiguas o conos, aportando un uso eficiente de los recursos hídricos.
- Conservación del jardín típico español, mantiene bojes centenarios, creando un entorno propicio para aves como los búhos
- Vinificación mínima intervención, que respeta los procesos naturales y ofrece vinos que expresan fielmente el terroir. Productos de altísima calidad que actúan como portadores de historia, sabor auténtico y un claro sello de sostenibilidad, lo que añade valor para consumidores responsables.
La certificación ecológica no es solo un sello: es la prueba de un compromiso. Significa que la finca y la bodega han superado auditorías, controles y exigencias técnicas que garantizan que su producción es limpia, trazable y respetuosa con la salud del suelo, de las personas y del ecosistema.
Gracias a Sostenibilidad – Lagar de Santa Magdalena por caminar a nuestro lado en este proyecto lleno de vida.