Por Maria Rosas, de Setacor (Villafranca de Córdoba)
Las setas son un superalimento de alta calidad para el cuerpo humano y, a la par, son grandes aliados para mantener los ciclos de la naturaleza. Algunos, los simbiontes, ayudan a la vegetación a absorber mejor los nutrientes y agua, otros ayudan a descomponer la materia orgánica, otros limpian de sustancias tóxicas el suelo.
En Villafranca de Córdoba hay una pequeña empresa que aprovecha esas cualidades de los hongos para cultivarlos de manera sostenible. Después de más de 20 años de experiencia, han decidido demostrar al mundo que es posible hacer otro tipo de agricultura, que secuestre carbono, que respete los ritmos de la naturaleza y no genere residuos.
Explicamos cómo lo hacen:
-Sustrato para los hongos
En 2010, los propietarios de Setacor, adquirieron un olivar joven intensivo y de regadío en la campiña cordobesa. Después de mucha investigación y pruebas, han logrado desarrollar una técnica que les posibilita producir sus setas sobre las hojas de sus olivos. De esta manera, no tienen que pedir el sustrato a las fábricas situadas a más de 500km de distancia, sino que es propio, con trazabilidad total y baja huella ambiental. Y también es un ejemplo de economía circular, pues cuándo el sustrato elaborado con hojas de olivo ha cumplido su fin, vuelve a la tierra de olivar en forma de abono para la cubierta vegetal.
-Especies que cultivan.
Cuando Setacor comenzaba a andar, eligieron la seta gris o de ostra como cultivo único. Es lo que solían hacer todas las empresas del sector. Eso obligaba a climatizar todas las salas para mantener unas condiciones de temperatura estables todo el año. Y poco a poco, se dieron cuenta del coste energético y ambiental de este funcionamiento y comenzaron a cambiar la estrategia.
Ahora mismo, cultivan muchas especies, pero en tiempos diferentes. Los meses más cálidos del año, producen seta rosa (Pleurotus djamor), seta amarilla (Pleurotus citrinopileatus), reishi (Ganoderma lucidum) y melena de león (Hericium erinaceus). Cuando llega el invierno, producen setas de cardo (Pleurotus eryngii), shiitake (Lentinula edodes) o seta gris (Pleurotus ostreatus).
Las deshidratan conforme fructifican, a baja temperatura para preservar todas las vitaminas y mantener su calidad. Además, trocean las setas bajo una ventana para que los rayos de sol para trasformar el ergosterol presente en ellas en vitamina D.
-Abono para los olivos.
Una vez que los sustratos dejan de dar producción, se convierten en una fuente de nutrientes para los olivos. Se llevan al olivar y se incorporan al suelo. De esa manera, esta pequeña explotación ha logrado subir el porcentaje de materia orgánica del suelo de un 0,4 a un 6%, lo cual supone el secuestro de muchas toneladas de CO2 de la atmósfera. El micelio que invade ese sustrato es rico en proteínas, aminoácidos y, por tanto en nitrógeno que necesitan los árboles. Pero además, se sabe que el micelio de los pleurotus tienen efecto nematicida por lo que son un control natural de plagas en el huerto.
-Biodiversidad.
Además de todo lo anterior, en la finca se están llevando a cabo prácticas para fomentar la biodiversidad: están plantando arbustos aromáticos como lindes, restaurando un arroyo que, por las prácticas agronómicas habituales en la campiña cordobesa, se ha ido colmando de limos en las riadas. Además, han colocado dos hoteles de insectos y se han plantado 3 árboles de porte alto para convertirlos en posaderos para rapaces.
Si te apetece apoyar este proyecto puedes hacerlos adquiriendo sus productos a través de la cooperativa IDEAS www.tienda.ideas.coop , organización de Comercio Justo que trabaja en favor de los pequeños productores agroecológicos que cuidan la vida y la tierra.
Si quieres conocer más sobre Setacor visita su web www.setacor.com