Somos Naturaleza

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La importancia de un espacio de cultivo señalizado en un Banco de Semillas Comunitario

Un banco de semillas comunitario no es solo un lugar donde se guardan semillas en sobres o tarros. Su verdadero valor está en mantenerlas vivas, cultivándolas, renovándolas y adaptándolas al entorno. Solo así conservan su fuerza germinativa y siguen siendo parte de nuestra cultura agrícola. 

En el marco del proyecto “Guardianes del Legado y la Biodiversidad”, cofinanciado por el área de Cultura del Ayuntamiento de Montilla, la Fundación Somos Naturaleza y la asociación ecohortelanos La Toba, hemos dado un paso esencial: habilitar y señalizar una zona dentro de los Huertos Comunitarios del Paraje de La Toba destinada exclusivamente a la renovación y caracterización de semillas locales

Este lugar tiene un solo fin: cultivar, observar y caracterizar las variedades que forman parte de nuestro banco de semillas, garantizando su conservación para el presente y el futuro. Muchas de las donaciones recibidas llegan con apenas un nombre y sin más datos; este espacio nos permitirá registrar sus características diferenciadoras, desde el porte de la planta hasta la forma, color y sabor de los frutos, y así documentar mejor nuestro patrimonio vegetal. 

La señalización del espacio cumple también un papel esencial: hace visible su función específica dentro de los huertos, evita confusiones con zonas de cultivo de consumo y transmite a la comunidad que aquí no solo se cultiva, sino que se conserva patrimonio vivo. De esta forma, cualquier persona que lo visite entiende el valor de este lugar y puede implicarse en su cuidado. 

¿Por qué es importante contar con este espacio delimitado? 

  • Mayor control en el cultivo: aunque el terreno (25,5 m de largo por 11,5 m de ancho) no permite un aislamiento total, sí facilita reducir al máximo los cruces indeseados y planificar qué variedades se siembran cada temporada. 
  • Trazabilidad y rigor: la señalización de cada lote hace posible un seguimiento preciso de su origen, cultivo y resultados. 
  • Un aula viva: este espacio es también un lugar de encuentro y aprendizaje, donde vecinos, voluntariado y personas interesadas pueden participar en la observación y cuidado de las semillas. 
  • Fomento de la biodiversidad agrícola: no se trata de un banco estático, sino de un reservorio dinámico que asegura que las variedades tradicionales sigan adaptándose y no se pierdan.

“La delimitación de esta zona puede parecer un gesto pequeño, pero en realidad es el corazón que da vida al banco de semillas.”

Aquí germina el futuro de la soberanía alimentaria local, reforzamos el vínculo con la tierra y construimos un legado común para la comunidad de Montilla. 

Este trabajo se complementa con otras actuaciones del proyecto, como la entrega de kits de semillas a huertos escolares y acompañamiento en el proceso, que puedes conocer en este artículo: Semillas para sembrar cultura viva en las aulas

Y, por supuesto, nada de esto sería posible sin las personas voluntarias que nos acompañan. A ellas les dedicaremos un espacio especial en breve: El corazón de nuestra Fundación: el voluntariado.

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¡Muchas gracias a todas las personas que han participado!

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