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Invertir en la educación de las niñas: una herramienta más poderosa que la compensación de la huella de carbono para luchar contra el cambio climático

Por Mercedes García de Vinuesa, directora Fundación Somos Naturaleza


Descubrir que precisamente los más vulnerables, los más pobres, son los que más van a sufrir las consecuencias de los que más contaminan y consumen, es algo que me impactó hace años. El calentamiento global no nos afecta a todos por igual.

Entonces… Si las mujeres del Sur Global son las más vulnerables al cambio climático, ¿no deberíamos poner a las mujeres en el centro de las estrategias climáticas?

La respuesta es obvia: las niñas educadas ganan salarios más altos y tienen una mayor movilidad, contribuyendo al crecimiento económico. Sus tasas de mortalidad materna disminuyen, al igual que las tasas de mortalidad de sus bebés. Es menos probable que se casen siendo niñas o contra su voluntad. Tienen una menor incidencia de VIH/SIDA y malaria. Sus parcelas agrícolas son más productivas y sus familias están mejor alimentadas.

La educación también refuerza la resiliencia y equipa a las niñas y mujeres para afrontar los impactos del cambio climático. Pueden ser administradoras más eficaces de los alimentos, el suelo, los árboles y el agua, incluso cuando los ciclos de la naturaleza cambian. Tienen una mayor capacidad para hacer frente a los impactos de las catástrofes naturales y los fenómenos meteorológicos extremos.

Si todas estas son las positivas consecuencias de una educación universal en los países en desarrollo, ¿qué es lo que nos frena a ponerla en marcha? Sus costes cómo siempre. La visión del dinero como multiplicador del crecimiento a corto plazo y en manos de unos pocos.

62 millones de niñas de todo el mundo siguen sin tener acceso ni derecho a la educación

Si ampliamos la mirada comprobaríamos que la inversión en la educación de las niñas proporciona un rendimiento similar al de la compra de compensaciones de carbono o la instalación de nuevas infraestructuras de energía renovable.

Algunas de las barreras económicas, culturales y de seguridad del acceso a la educación podrían reducirse o incluso eliminarse con algunas de las medidas que mencionamos a continuación:

  1. Reducir el tiempo y la distancia para ir a la escuela: muchos niños no pueden ir a la escuela por la distancia que tienen que recorrer desde su casa. La mejora de los medios de transporte —por ejemplo, proporcionando bicicletas a las niñas— puede reducir significativamente el tiempo de desplazamiento desde el hogar y permitir que las niñas asistan a escuelas más lejanas.
  2. Ayudar a las niñas a superar las barreras sanitarias: Las niñas suelen faltar a la escuela por motivos de salud, por lo que los tratamientos antiparasitarios son especialmente eficaces para mantener a las niñas en la escuela en los países en desarrollo. Proporcionar a las niñas toallas sanitarias ayuda a que se queden en la escuela todos los días del mes, ya que las niñas pueden perder una semana de escuela cada mes porque no pueden pagar los productos sanitarios.
  3. Incorporar la salud y los derechos sexuales y reproductivos tanto a nivel sanitario como educativo.
  4. Aumentar el compromiso de la comunidad: dado que los factores que afectan a la
    educación de las niñas varían según los países y las comunidades, es importante involucrar a las activistas y educadores locales para que comprendan los desafíos de sus comunidades y trabajen para encontrar soluciones.

Las mujeres deben estar en el centro de las estrategias climáticas, pues poseen unos conocimientos y una experiencia únicos, sobre todo a nivel local, y su inclusión en los procesos de toma de decisiones es fundamental para una acción climática eficaz. Un estudio reciente difundido por ONU Mujeres ha constatado que el aumento de la representación femenina en los parlamentos nacionales conduce a la adopción de políticas más estrictas en materia de cambio climático, lo que se traduce en una reducción de las emisiones. A nivel local, la participación de las mujeres en la gestión de los recursos naturales está asociada a una mejor gobernanza de los recursos y a resultados de conservación.

Cuanto más las mujeres participen, más eficaz será la acción climática.

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