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EMERGENCIA CLIMÁTICA: EL S.O.S. DE LA TIERRA

Por Mercedes García de Vinuesa, Directora Fundación Somos Naturaleza

En las últimas décadas, el cambio climático y el calentamiento global causado por el efecto invernadero, han ocupado un lugar destacado en titulares noticiosos, círculos académicos e instituciones de gobierno alrededor del mundo. Y no es para menos.  

Estos meses me inundaba la eco-ansiedad al leer los titulares de la prensa

 La ONU alerta de que las olas de calor futuras “excederán límites humanos y sociales”

El estudio de la ONU y Cruz Roja advierte que al ritmo actual, a finales de siglo, las olas de calor pueden causar tantas muertes como el cáncer o las enfermedades infecciosas, especialmente en los países menos desarrollados.

Un millón de especies de plantas y animales están en peligro de extinción.

Se han perdido la mitad de los corales del mundo y cada minuto se destruyen áreas forestales del tamaño de 27 campos de fútbol.  El informe ‘Planeta vivo 2022. Hacia una sociedad con la naturaleza en positivo’, de WWF, alerta sobre la pérdida de biodiversidad y las consecuencias que ello acarrea al ser humano y la vida en la Tierra. La conclusión es clara: la naturaleza nos está lanzando un SOS.

Muere el 26% de los osos polares de su santuario ártico por la pérdida de hielo

En solo cinco años se ha reducido drásticamente su población en Canadá por el calentamiento global. La situación es desesperada, porque desde la década de 1980, el número de osos en la región se ha reducido en casi un 50%, debido a que el hielo, esencial para su supervivencia, está desapareciendo.

La emergencia climática multiplica las epidemias de cólera mientras las vacunas escasean.

Solo en 2022 hubo 30 brotes de esta enfermedad, cuyo bacilo se beneficia de las altas temperaturas y los fenómenos meteorológicos extremos

Los 460 glaciares Patrimonio de la Humanidad que el cambio climático va a borrar del mapa.

 La Unesco advierte de que, en tres décadas, estas masas de hielo habrán desaparecido de lugares emblemáticos como los Pirineos-Monte Perdido, las últimas montañas africanas donde aún resisten y los parques de Yellowstone y Yosemite.

Hemos pasado de hablar de “crisis” a “emergencia” climática porque la naturaleza de los cambios simultáneos que están ocurriendo y la magnitud de los mismos no tienen precedentes en la historia humana.

El escenario es ya peor a muchas de las películas con efectos especiales:

  • En unas cuantas generaciones el ser humano habrá acabado con las reservas de combustibles fósiles que se formaron a lo largo de millones de años.
  • El ser humano ha provocado concentraciones de gases de efecto invernadero sobre la Tierra que sobrepasan el máximo alcanzado al menos en el último millón de años.
  • La actividad humana ha transformado casi la mitad de la superficie terrestre de la Tierra, con consecuencias muy significativas para la biodiversidad y el clima.
  • Las áreas de bosques tropicales se han reducido en un 50%.
  • Los hábitats costeros y marinos están siendo dramáticamente alterados; el 50% de los manglares han sido destruidos y los pantanos se han reducido a la mitad.
  • La extinción de ecosistemas marinos y terrestres está aumentando dramáticamente alrededor del mundo.

Pero… ¿somos conscientes de ello?

La emergencia climática se configura como el mayor problema ambiental al que deberán enfrentarse las generaciones futuras.

¿A qué estamos esperando a cambiar nuestros hábitos y nuestro modelo de producción y consumo?

 

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