Ángela Portero, Fundación Somos Naturaleza | 14/07/2023
Quieres elaborar Compost casero y no sabes cómo. Te damos unas sencillas pautas para poder fabricarlo en casa o en tu huerto urbano, con materiales reciclados y a bajo coste.
El compost es un abono de elevada calidad que se obtiene mediante el compostaje de residuos orgánicos que se descomponen y transforman en fertilizante para los cultivos.
Fabricar tu propio compost es una experiencia ideal para realizar en familia, transmitiendo a los más pequeños valores de consumo responsable, reciclaje o respeto al medio ambiente entre otros.
¿Cómo fabricar tu propio compost?
Para elaborar compost casero debes seguir los siguientes pasos:
En primer lugar, se necesita un compostador, un recipiente adecuado en el que ir añadiendo la materia prima que, posteriormente, se convertirá en compost. Este recipiente lo podemos comprar o, mejor aún, construir con nuestras manos dando una segunda vida a objetos que ya han cumplido su labor inicial como, por ejemplo, tiestos viejos, palets de obra, cajas de fruta de madera, etc. Cualquier recipiente te servirá siempre y cuando no esté en contacto directo con el suelo. De esta forma, si utilizas un tiesto o una caja de plástico, realiza unos agujeritos en la base y coloca una primera capa de tierra y una segunda de materiales secos como paja, restos de ramas de poda, serrín, etc. Estas primeras capas secas evitarán que el fondo de tu compostador se pudra y estropee la mezcla.
En segundo lugar, necesitamos recolectar las materias primas. Algunos ejemplos que podemos utilizar: cáscaras de huevo, peladura de fruta y de verdura, piel de patata, ramitas u hojas secas de plantas, paja fresca, hierba húmeda, posos de café… La clave está en combinar el azúcar, la celulosa y el nitrógeno de los diferentes desechos orgánicos con el fin de preparar ese abono orgánico que, en esencia, es el compost.
En este contenedor añadiremos por capas diferentes las materias primas anteriormente descritas. Los expertos recomiendan que vayamos intercalando capas de diferentes productos húmedos o verdes y secos, para conseguir ese equilibrio óptimo que necesita un compost de calidad.
En tercer lugar, tener en cuenta que el riesgo más importante es que los desechos se pudran y no consigamos nada más que una masa informe y pestilente. Para evitarlo usaremos dos técnicas: intercalaremos en capas alternas los desechos húmedos y secos, y por otro lado ventilaremos periódicamente nuestra masa de compost.
El abono orgánico artesanal necesita cierto grado de humedad para poder ir formándose como fertilizante que enriquecerá nuestros cultivos ecológicos. Así, es necesario que la reguemos de vez en cuando sin encharcar el contenedor, pero procurando que la humedad penetre en las diferentes capas que hemos ido añadiendo a nuestra caja de compost.
¿Qué beneficios aporta?
- Mejora la estructura del suelo. El compost, debido a su estructura aterronada, facilita la formación de conglomerados del suelo permitiendo así mantener una correcta aireación y humedad de este.
- Garantiza la salud del suelo. Se trata de un producto natural, sin compuestos químicos y libre de patógenos. En muchos casos actúa como bactericida y fungicida.
- Confiere nutrientes a las plantas. Al ser un producto rico en nutrientes y macronutrientes, se convierte en un excelente abono para las plantas.
- Supone un ahorro económico. No es necesario adquirir este producto en una tienda, ya que se obtiene de un proceso muy sencillo con desechos naturales que de otra manera terminarían en el contenedor.