Fundación Somos Naturaleza I 11/10/2023
La moda rápida (o fast fashion), también conocida como la moda basura, consiste en la producción acelerada y a gran escala de prendas de vestir a bajo costo, y se caracteriza por su rápida rotación en el mercado creando una cultura de rápida renovación del armario. Esto ha generado serias preocupaciones en términos de sostenibilidad, ética y responsabilidad social. Entre estos problemas, se encuentran las condiciones laborales de explotación en las fábricas de confección, la sobreexplotación de recursos naturales, una generación de residuos textiles desmesurada y la promoción del consumismo desenfrenado.
Un modelo dominante en la industria de la moda que saca 50 colecciones al año y alienta a los consumidores a cambios constantes a bajos precios. De hecho, en los últimos 15 años, el consumidor medio ha comprado el doble de ropa pero la ha usado o mantenido la mitad de tiempo. Es considerada la segunda industria más contaminante del mundo (por detrás de los combustibles fósiles).
o Más emisiones de carbono (GEI) que todos los vuelos internacionales y transporte marítimo juntos
o 92 M de toneladas de desechos/ año (imagen del desierto de Atacama-Chile)
o 1,5 billones de litros de agua (20% de las aguas residuales del mundo y 35% de los micro-plásticos que acaban en el océano)
Muchos expertos, incluidos los especialistas de la ONU, subrayan la importancia de garantizar que la ropa se fabrique de la manera más sostenible y ética, alineada con el 12º Objetivo de Desarrollo Sostenible.
¿Cuánto te ha durado la camiseta que te compraste el año pasado?
¿Cuántas veces te has puesto ese pantalón que te compraste con tanta ilusión?
¿Te has preguntado dónde acaba todo eso? ¿Cuál es el impacto de producir tanta ropa? ¿Quiénes están detrás de su elaboración?
Una producción sostenible pasa por una mejor trazabilidad de las cadenas de suministro y por condiciones laborales dignas para las personas que la producen (80% mujeres). Es por ello que la ley de Debida Diligencia de la UE pretende exigir mismas condiciones de producción en todos los países, combatiendo los impactos negativos medioambientales y de los derechos humanos.
En este caso , el de la industria de la moda, ya existen iniciativas de “moda sostenible o slow fashion”, marcas con criterios sociales y ecológicas (comercio justo; creadores locales) , alternativas que permiten alargar la vida de las prendas (segunda mano, préstamo, alquiler), o que facilitan desmercantilizar los armarios (trueque – intercambio, autocostura).
Desde la Fundación Somos Naturaleza queremos que la ciudadanía se cuestione qué hay detrás de una camiseta y qué impacto genera a nivel social y medioambiental. Por ello, hemos creado un concurso de fotografía, vídeos y/o Reels para concienciar esta problemática y aumentar la visibilidad sobre las alternativas y buenas prácticas para crear una moda sostenible.
Te animamos a participar y compartir ejemplos de acciones sencillas que podemos realizar como consumidores con alternativas sostenibles, testimonios personales, tendencias de moda lenta o simplemente ¡creas!
Puedes consultar las bases legales del concurso Desafío Moda Sostenible aquí.
La forma más sostenible de consumir moda y de reducir la huella de carbono es comprar menos artículos y usarlos el mayor tiempo posible.
MENOS ES MÁS
Es necesario buscar un nuevo modelo de producción y consumo para cuidar el planeta y hacer frente a los efectos del cambio climático
Sin duda, una controversia con capacidad de incidir en el día a día del público joven y de toda la ciudadanía en general para el futuro que queremos construir desde la Fundación Somos Naturaleza.
Este concurso busca que nos preguntemos cómo funciona el mundo y el impacto de nuestras acciones. Una actividad en el marco del proyecto Expresar para transformar, que impulsamos desde la Fundación Somos Naturaleza (FSN), una entidad sin ánimo de lucro que, en palabras de su presidente, el empresario José Ríos Márquez, “aspira a ser motor de cambio de hábitos de vida saludables y respetuosos con el medio ambiente”, así como “agente acelerador y dinamizador de emprendimientos sociales sostenibles”
Este proyecto ha contado con el apoyo y la cofinanciación del Ayuntamiento de Montilla, concretamente del área de Cooperación al Desarrollo.
