Fundación Somos Naturaleza | 25/07/2023
El trabajo, realizado conjuntamente por la red Clean Mobility Collective (CMC) y el grupo de investigación Stand.earth Research Group (SRG), indica que si se mantiene el actual ritmo de crecimiento de las compras por internet, el volumen de entregas podría duplicarse para 2030, lo que se traduciría en un crecimiento exponencial de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Dichas emisiones son una de las causas del cambio climático y de algunos los casos de enfermedades por la contaminación del aire (asma, Amazon logistics, DHL eCommerce Solutions, UPS, FedEx y Geopost, las empresas líderes de entregas vinculadas a pedidos por internet, “no están cumpliendo su promesa de desplegar vehículos de cero emisiones y evitan divulgar suficientes datos relacionados con las emisiones de la última milla”, resalta la investigación, que refleja el impacto climático y para la salud del auge del ‘e-commerce’.
Incluso sin tener en cuenta esas proyecciones de crecimiento, los autores calculan que, si no hay cambios en la composición de la flota de las multinacionales de comercio electrónico, los envíos mundiales emitirán en 2030 hasta 160 megatoneladas de CO2 cada año, equivalente a lo que emiten 44 centrales de carbón.
“Esto supone que habría que plantar más de mil millones de árboles cada año y dejarlos crecer durante diez años para salvar la contaminación que producen las emisiones de carbono de entregas de última milla”, explican los investigadores, en referencia al último tramo de un reparto, desde el depósito de distribución hasta el lugar de entrega, que no necesariamente tiene que ser de una milla.
De acuerdo con el Informe de Sostenibilidad 2021 de Amazon, menos del 7% de todas las entregas de esta empresa en Europa se realizan en vehículos eléctricos u otros modos de movilidad limpia, mientras que en Estados Unidos esta cifra desciende al 1%.
Advierten de que el transporte asociado a estos encargos podría exacerbar la crisis climática, pues este sector es “la mayor fuente mundial de nuevas emisiones de GEI”, responsable del 12% de las emisiones globales, y del 29% de las españolas.
Es decir, las compras por internet siguen siendo un gran enemigo del clima.
Pese a los costes ambientales, según una encuesta publicada por Packlink, el 76% de los consumidores y consumidoras considera que las devoluciones por sus compras ‘online’ deben ser siempre gratuitas. Su informe asegura que la tasa de devoluciones de las compras por internet puede llegar al 30%, en comparación con menos del 10% en tiendas físicas.
Es decir, cada vez que compras impulsivamente por internet debemos pararnos a reflexionar pues la realidad es que con cada click estamos contribuyendo al cambio climático, y más cuando tenemos altas tasas de devoluciones (pues incurrimos en un transporte extra y en todo el desperdicio del material de embalaje).
Si la única manera de reducir este comportamiento consumista que impacta en la huella de carbono, es poner un precio a las devoluciones, bienvenido sea. Quizás así, la próxima vez nos pensemos dos veces si realmente necesitamos ese producto, si nos va a generar bienestar o felicidad y si por el contrario es un bien que durará poco tiempo y que tendrá un efecto negativo en el medioambiente….
Y por supuesto, paralelamente exijamos a las empresas que cumplan sus compromisos respecto a la sostenibilidad y la agenda 2030.
Si quieres leer el informe completo visita la página de ECODES Documentos – ECODES – Tiempo de actuar
