La Campiña Cordobesa, con una alta densidad de viñedos y olivares, que se transforma cada primavera en un auténtico festival alado. Entre los surcos y las copas de los olivos, cientos de aves encuentran refugio, alimento y un escenario perfecto para desplegar sus rituales de cortejo y anidación. A continuación encontraremos algunos de los protagonistas que nos visitan cada primavera.
Golondrina Común:
La golondrina común(Hirundo rustica) es, sin duda, una de las aves más emblemáticas de la primavera en la campiña cordobesa. Con su elegante silueta, su cola profundamente ahorquillada y su plumaje azul metálico con garganta rojiza, resulta inconfundible mientras surca los cielos con un vuelo ágil y acrobático, cazando insectos al vuelo. Este pequeño pájaro migrador recorre cada año miles de kilómetros desde África subsahariana, cruzando el Sahara para regresar fielmente a los mismos pueblos, cortijos y construcciones rurales donde anidó el año anterior.
La golondrina desempeña un papel fundamental en los ecosistemas agrícolas como controladora natural de insectos, llegando a consumir cientos de ellos al día, incluidos mosquitos, moscas y pequeños escarabajos. Esto la convierte en una gran aliada para los agricultores.
Alzacola rojizo
El alzacola rojizo (Cercotrichas galactotes) es uno de los símbolos de la biodiversidad en los paisajes de Montilla-Moriles. Prefiere los mosaicos agrícolas con vegetación leñosa baja, como los viñedos y olivares, donde destaca por su cola moteada de blanco y negro y su peculiar forma de moverse: da saltitos y levanta la cola, de ahí su nombre. Es un ave estival, fácil de ver y escuchar en primavera, y un gran controlador de plagas gracias a su dieta insectívora.
Cernícalo vulgar
El cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) es una pequeña rapaz muy común en la campiña cordobesa, especialmente activa en primavera, cuando inicia su época de cría. Es fácil de reconocer por su característico vuelo “cerniéndose” en el aire, inmóvil mientras busca presas en campos abiertos, olivares o bordes de caminos.
Durante estos meses, anida en huecos de edificios, árboles o cortijos, sin construir nido propio. Pone entre 3 y 6 huevos y ambos padres alimentan a los polluelos con insectos, roedores y lagartijas. El macho se distingue por su cabeza y cola gris azuladas, mientras que la hembra es más parda y moteada.
Es importante resaltar que el cernícalo vulgar es un gran aliado del agricultor: ayuda a controlar plagas de topillos y otros pequeños animales. Su presencia en primavera es señal de un ecosistema equilibrado y lleno de vida.
La abubilla
La abubilla (Upupa epops) es una de las aves más carismáticas y reconocibles de la campiña cordobesa, especialmente cuando retorna desde sus áreas de invernada en África subsahariana.
Es bastante común verla en primavera, y su presencia es un buen indicador de la salud del suelo, ya que suele habitar zonas donde la tierra no está excesivamente erosionada. Gracias a su largo pico curvado, busca larvas, insectos y otros invertebrados entre la hojarasca o en suelos blandos, lo que la convierte en una valiosa aliada del equilibrio ecológico en los paisajes agrícolas.
Aguilucho cenizo(Circus pygargus)
Si ves un ave rapaz de vuelo elegante sobre los campos de cereal, probablemente sea un aguilucho cenizo. Este viajero llega cada primavera tras cruzar el Sahara, buscando los campos cordobeses para anidar directamente en el suelo, entre los trigales. Su dieta a base de insectos y pequeños roedores lo convierte en un aliado natural para los agricultores.
Avutarda común
La avutarda común (Otis tarda) es la reina indiscutible de la campiña. Con sus más de 15 kilos, es el ave voladora más pesada de Europa y, como su nombre indica, no tiene prisa en despegar: tarda en volar, de ahí el nombre “avutarda”. Su vuelo es bajo y pesado, pero en tierra es todo un espectáculo, sobre todo en primavera, cuando los machos despliegan su plumaje en vistosos cortejos para impresionar a las hembras.
Curiosidades y consejos para observarlas
- Muchas de estas aves son migratorias: llegan con la primavera y aprovechan la abundancia de insectos y semillas.
- Los olivares y viñedos tradicionales, con setos y vegetación espontánea, son auténticos refugios de biodiversidad.
- Si visitas la campiña al amanecer o al atardecer, tendrás más posibilidades de observar la actividad de estas aves y disfrutar de sus exhibiciones de vuelo y canto.
Como parte del compromiso con la conservación de la biodiversidad en la Campiña Sur Cordobesa diez fincas agrícolas identificadas con el distintivo del Proyecto Alzanatura, aplican prácticas agrícolas sostenibles que favorecen la conservación de hábitats naturales y la biodiversidad local. Además, están abiertas a la comunidad y a los amantes de la naturaleza para facilitar el avistamiento de aves, promoviendo un acercamiento respetuoso y educativo con la fauna silvestre.
Las fincas que forman parte de esta iniciativa son:
- Lagar Blanco
- Bodegas Calabozo
- Lagar Los Frailes
- Bodega Doblas
- Lagar de la Salud
- Lagar Cañada Navarro
- Lagar Los Raigones
- Hacienda Bolonia
- Finca Buytron
- Lagar Santa Magdalena
Participar en estas actividades permite disfrutar de la riqueza ornitológica de la zona y apoyar un modelo de agricultura que integra producción sostenible con protección ambiental.